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    sorangela (jueves, 26 septiembre 2013 15:22)

    demasiado bueno

“Ruleta o carrusel”: experiencias sexuales grupales

UN PELIGROSO JUEGO QUE SE PUSO DE MODA ENTRE LOS ADOLESCENTES DE MEDELLÍN

Se trata de una ronda donde los muchachos bailan. Los hombres penetran a las niñas rápidamente, pero cuando alguno eyacula, pierde y sale del juego. 

 

Los jóvenes no se cuestionan qué se siente, tampoco si están enamoradas y mucho menos piensan en las consecuencias. Desafiar las sensaciones de su cuerpo y llevarlo al límite es el objetivo del "Carrusel" o "Rulet"’, un peligroso juego que se puso de moda entre los adolescentes de Medellín.

 

 Luz Marina Peláez Vanegas, encargada del proyecto de ‘Salud Sexual Reproductiva’ de la Secretaría de Salud de Medellín, expresó que “este tipo de juegos los vienen escuchando hace un año (2012) a través de los relatos de chicas en embarazo. Tienen sus variaciones, pero en esencia son relaciones sexuales grupales, que son en su mayoría indiscriminadas y sin la debida protección. Se dan principalmente en fiestas, fincas, unidades residenciales o lugares donde no hay control de los adultos”.

 

TESTIMONIOS Y RELATOS:

“Eran los 15 de una amiga. Nos fuimos para una finca y estábamos tomando (licor). Cuando pusieron la música todos nos pusimos a bailar. Éramos unas 10 personas y alguien propuso jugar ‘Carrusel’ o ‘Ruleta’”, contó una menor, de 14 años.

“La idea era demostrar quién era el que más aguantaba, pero no pensé que pudiera quedar embarazada, porque no era mucho tiempo, solo un juego”, dice preocupada la niña, quien hoy se enfrenta al desafío de ser madre y con la angustia de no saber siquiera quién es el papá de su bebé.

 A sus padres, esta situación los tiene destrozados. “No pensamos que nos pudiera pasar eso. Ella en los últimos meses había estado rebelde, pero creímos haberla educado bien. Ahora todos estamos en terapia psicológica”, cuenta la madre de la menor.

 

AUMENTAN EMBARAZOS Y ENFERMEDADES

Según los indicadores de la Secretaría de Salud en Medellín, 6.967 mujeres entre los 10 y los 19 años, quedaron en embarazo el año pasado. Mientras que en el 2011 fueron 6.880 mujeres en el mismo rango de edad. Sin contar que estudios de la Gobernación de Antioquia revelan que el 82,5 por ciento de los embarazos adolescentes acaban en un aborto clandestino.

 

Lo más preocupante es el aumento de enfermedades de transmisión sexual. Según indicadores mostrados en el Concejo de Medellín en el último debate de la niñez, el porcentaje de adolescentes gestantes con sífilis que han sido diagnosticadas y tratadas antes de la semana 17, fue  del 40,9 en el 2012. Además, se detectaron tres casos de sida en mujeres adolescentes gestantes.

 

“A través del programa Jóvenes por la vida y las Unidades Móviles de Salud buscamos impactar a este grupo poblacional y mostrar la importancia de protegerse física y psicológicamente en todos los aspectos y por supuesto evitar que sigan ocurriendo este tipo de prácticas”, explica la doctora Peláez Vanegas.

 

Para la adolescente de 14 años fue una ‘locura’ momentánea, que le pareció normal porque todas sus amigas lo hacían. Según Lina Marcela Orozco, trabajadora social de la Universidad de Antioquia, “los chicos están permanentemente bombardeados por medios de comunicación y la sociedad de consumo, estos actores les estimulan a tener una vivencia sexual sin límites”.

 

José Ferney Torres, trabajador social, agrega que en la adolescencia, “los jóvenes están cargados de vitalidad y no conciben la muerte como una posibilidad, de ahí que se arriesguen a todo sin pensar en las consecuencias. Permitiendo incluso los protocolos de aceptación o ritos de iniciación para pertenecer a ciertos grupos sociales, pero hay que aclarar que el freno de estas situaciones lo pone el carácter y la personalidad de cada uno, que normalmente se construye en la familia”, concluye Torres.

 

Para él y otros expertos se debe reforzar los principios éticos y morales desde la casa, para que los adolescentes no sean ‘presa’ de estas malas prácticas.

 

Tomado y adaptado del artículo escrito por: Lina Marcela Gallego, para ADN MEdellín.

 

 

“Tiempo fuera” (en inglés “Time out”) para corregir y educar a tu hijo

Para educar a los hijos de manera exitosa es esencial imponer ciertas reglas, pues gracias a ellas el niño aprenderá a comportarse en casa y en otros lugares. El llamado “Tiempo fuera” (en inglés “Time out, por ejemplo, es un método que consiste en apartar al pequeño del sitio en donde está haciendo rabietas o realizando conductas negativas que se deban eliminar, lo que lo convierte en una buena técnica para cambiar la conducta del niño sin necesidad de castigarlo o golpearlo. Tenga en cuenta los siguientes consejos y aplique este método ante las pataletas de sus criaturas:

 

  • El niño debe tener claro que quienes mandan son los padres y quien debe obedecer es él.
  • Escoja un lugar tranquilo, en donde el pequeño no se haga daño, no sienta miedo ni pueda jugar y logre estar vigilando constantemente, sin hacer ningún tipo de comentario.
  • Debe aplicar el time out cada vez que el pequeño presente una rabieta o una conducta inapropiada.
  • Asegúrese de que su hijo tiene la edad suficiente para entender en qué consiste el tiempo fuera.
  • El time out debe durar todo el tiempo que el niño necesite para lograr calmarse.
  • Esta técnica permite que el menor use ese momento de soledad para reflexionar sobre su mal comportamiento.
  • No se deje involucrar en el "juego" de ellos. Como están bravos, quieren que usted también se ponga brava y se sienta tan mal como ellos lo están. Opte por la indiferencia y nunca recurra a la mala cara, los regaños, los gritos o las palmadas.
  • Para calcular el tiempo en el que el pequeño debe permanecer alejado, los padres tendrán que contar un minuto por año. Este tiempo será suficiente para que el menor se calme.
  • Hay que explicar correctamente al pequeño lo qué sucederá si se comporta inapropiadamente antes de utilizar esta técnica.
  • Los niños aprenden de esta manera el autocontrol, toman conciencia de que solo ellos pueden controlar el berrinche.
  • Con la utilización de este método estará aprendiendo a corregir con amor.

 

RECOMENDACIONES

  •  Cuando los padres castigan rigurosamente afectan la autoestima del niño.
  •  No olvide que se lograrán mejores resultados corrigiendo con amor, que castigando con desamor.
  •  No espere resultados inmediatos, pues recuerde que el time out es un método de corrección, más no una técnica de castigo.

Tomado de www.elespectador.com

 

 

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Cuando los hijos tienen el control

Escrito por Gina Graham. Tomado de "Crianza positiva"

Uno de los problemas comunes que se observa en las familias de hoy, son padres que admiten tener dificultad para poner límites a sus hijos. Y es que la mayoría de padres de esta generación no se identifican con una educación basada en el autoritarismo, sin embargo, la mayoría, por miedo a no ser aquellos padres, terminan cayendo en el otro extremo: la “permisividad”. Pero qué pasa,  al ver que este estilo de disciplina no funciona, empiezan a ser autoritarios; luego surge la culpa y vuelven a ser permisivos, creando gran inestabilidad en los niños, quienes terminan haciendo lo que creen más conveniente.
Ser padres permisivos significa educar a los hijos con ausencia de límites, lo que implica falta de respeto a nosotros mismos, libertad sin orden, darles opciones ilimitadas y por lo tanto enseñarles que todo lo que ellos quieren es absolutamente válido, aún cuando esto signifique perjudicar a los demás.
Por otro lado, ser padres autoritarios significa tener un control excesivo sobre nuestros hijos, ausencia de libertad para que tomen decisiones y falta de respeto hacia ellos, en pocas palabras  “ahora haces esto porque yo mando.”
Llegar a un punto medio donde se puedan establecer límites con amabilidad, es educar con dignidad y respeto, buscando la cooperación de nuestros hijos y desarrollando en ellos valiosas habilidades de vida sin llegar a excesos ni decisiones extremistas.
 ¿CÓMO LO HACEMOS?
 
Ten presente que, si bien el autoritarismo aplasta, la permisividad y sobreprotección ahogan. Los hijos necesitan percibir que estamos a la cabeza de sus vidas como líderes capaces de sujetarlos cuando no se puedan contener y de guiarlos mientras no saben para dónde ir. Sólo una actitud firme, consistente  respetuosa les permitirá confiar en nuestra capacidad y en su propia capacidad.  Aquí  algunas sugerencias a partir de la disciplina positiva que nos podrían ayudar a ser firmes y amables al mismo tiempo:
  • En vez de dar órdenes, haz preguntas que inviten a la reflexión: ¿qué piensas respecto a…,? ¿qué sientes…?, ¿qué has decidido…?
  • Habla menos y actúa más. Acércate a tu hijo y muéstrale lo que tiene que hacer, en vez de decir “1000 veces los mismo” desde lejos, esperando que “obedezca” rápidamente.
  • Practica la ESCUCHA ACTIVA. Deja de hablar un momento y trata de escuchar las palabras y el mensaje detrás de las palabras.
  • CREA RUTINAS y luego recuérdale qué es lo que habían acordado. Ej: Tu hijo se levanta de la mesa al terminar de comer y va directo a jugar, entonces le puedes recordar “¿qué es lo que tenemos que hacer después de cenar?”
  • Dale OPCIONES LIMITADAS, esto les dará la sensación de que no tienen que obedecer todo a rajatabla y que tienen la opción de elegir.
  • Decide lo que harás y se CONSECUENTE.  Jugaré contigo, apenas termines de hacer las tareas.
  • Practica el AUTOCONTROL. Cuando entramos en la lucha de poder queremos CONTROLAR todo, pero cuanto más controladores queremos ser, más DESCONTROLADOS nos volvemos. A la primera persona que tenemos que controlar es a nosotros mismos.
  • PONERSE DE ACUERDO. Ambos padres tienen que manejar el mismo estilo de crianza para no crear confusión en los hijos que inviten a buscar “al más bueno” .
  • En vez de buscar culpables ENFOCATE EN LAS SOLUCIONES.Involucra a tus hijos en la solución de problemas. Esto hace que los chicos desarrollen el  sentido de pertenencia, estén motivados a asumir sus responsabilidades y estén menos propensos a desobedecer.
  • Se consistente y congruente con lo que DICES y HACES.
  • Expresa lo que sientes dando mensajes YO, evitando culpabilizar al otro por lo que pasa en ti internamente “Estoy súper cansada, colaboren con esto para poder descansar descansar¨, esto suena mejor y se acepta mejor  en vez de “Me están haciendo enojar, obedezcan de una vez, o si no…”
  • Se FIRME Y AMABLE al mismo tiempo. Que tu expresión y tono de voz indiquen el respeto por tu hijo.  Un niño que se trata de forma respetuosa es más colaborador.
  • No te olvides de DAR SIEMPRE TU MENSAJE DE AMOR. A veces estamos tan metidos en la lucha de poder que nos olvidamos de recordar a nuestros hijos cuánto los amamos.

 

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No es falta de amor sino temor

Escrito por ANGELA MARULANDA - Tomado de www.elcolombiano.com.co - Columna Opinión de Septiembre 30/12

Cada vez hay más tendencia a culpar a los padres de todo lo malo que pasa con los hijos, y también de parte nuestra a aceptar todas las culpas que nos adjudican. 

Aunque es cierto que hoy cometemos más errores, no lo hacemos por malos, sino por temerosos, debido a que estamos criando a los niños en un mundo tan distinto a aquel en que crecimos que estamos perdidos.

Y ese miedo es el que hace que actuemos con tanta debilidad que los niños son ahora más demandantes y malagradecidos.

El temor a que los niños se enojen, se rebelen, nos rechacen o sean infelices nos tiene dominados. 

Por eso de lo que sí somos culpables no es de ser negligentes, sino de tenerles tanto miedo a contrariarlos que nos dejamos dominar por ellos, al punto de que ya no les exigimos nada, sino que nos doblegados a sus exigencias.

Ya no les pedimos un favor sin antes pedirles perdón por molestarlos, y ya lo más importante no es educarlos, sino comprenderlos, cuando en realidad no comprendemos nada. Lo grave es que en ese proceso estamos dejando a los niños a la deriva.

Durante la infancia y la juventud, los hijos son tripulantes novatos que inician su travesía por el mundo sin saber para dónde van y sin la experiencia ni los conocimientos que necesitan para transitar por aguas desconocidas para ellos y hoy muy turbulentas. Por eso lo fundamental para los hijos es sentir que están bajo la dirección de unos padres que tienen el mando, conocen el rumbo por seguir y dominan la situación.

Es decir, que les pueden ofrecer la protección y guía que tanto necesitan.

Infortunadamente, esto no es lo que les comunicamos cuando actuamos dominados por el temor y amedrentados por las culpas.

“Por miedo, no por bondad, surgieron los padres permisivos”, aseguró Jaime Barylko. 

Nuestra culpabilidad como padres está en permitir que el miedo nos lleve a eludir la responsabilidad de controlar y guiar a los niños hasta que sean mayores y tengan la formación para hacerlo por sí mismos.

Con razón se dice que padre y madre no hay sino uno, porque nuestro compromiso es indelegable e insustituible. 

Y no hay dinero que pueda comprar ni colegio o experto que pueda darles a los hijos todo lo que significa para su vida la dirección y consagración personal de sus padres.

 

 

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10 frases que se debe evitar en la educación de los niños y niñas

Sin duda, existen palabras que pueden llegar a dañar la autoestima de los niños e incluso, a deteriorar la relación entre padres e hijos.

 

En muchas ocasiones los padres no se dan cuenta de que algunas frases son perjudiciales debido a que las han escuchado de sus propios padres, tíos, abuelos… Se podría decir que estas oraciones se han convertido en una tradición o en clásicos, creyendo que son de lo más común y que no tendrán repercusión alguna en la autoestima de los infantes.

 

Es verdad que no existe una guía exacta para ser los mejores padres, ni para educar sin errores a los hijos pero es bueno tener en cuenta este listado de 10 frases que sería mejor evitar para no acarrear problemas de seguridad y autoestima en los pequeños:

 

1. “Eres tan…”  Estas palabras seguidas de un adjetivo como tonto, insoportable, fastidioso, etc., pueden hacer que el niño se sienta en verdad de esa forma, y más si las usas constantemente.

 

2. “No confío en ti” o “Eres un mentiroso”. Cuando un padre le dice estas frases a su hijo, es muy probable que el pequeño se sienta mal e inseguro, ya que la persona que dice amarlo y a la que él quiere, no le tiene confianza, situación que lo puede llevar a no expresarse y a no platicar las cosas que le pasan porque de todas formas, no le creerán.

 

3. “No llores”. Reprimir los sentimientos de los niños no es algo bueno ya que a la larga podrían acarrear problemas emocionales y hasta caer en depresión; es mejor siempre tener un dialogo constante con ellos para que expresen sus emociones con palabras y no con llanto.

 

4. “Te voy a acusar con tu papá o mamá”. Esta frase siempre deja como villano a uno de los padres, ya que la amenaza lleva consigo una reprimenda, por lo que el niño aprenderá con quién sí puede portarse mal y quién lo regaña por sus malas acciones. Aquí lo importante es que el rol de los padres sea parejo y que a ambos les tenga respeto y no miedo.

 

5. “Nunca haces nada bien”. Los niños están en su proceso de aprendizaje y es verdad que a algunos les cuesta más trabajo realizar ciertas actividades; sin embargo, como padres, deben poner paciencia y amor para enseñarles cómo hacer las cosas que más se les dificultan.

 

6. “Deja de molestar”. Existen mejores maneras de explicarle a tu hijo que en ese preciso momento estás ocupado y que no puedes jugar con él; pero que en cuanto te desocupes podrás prestarle atención. Estas palabras son muy fuertes para un menor, ya que le estás diciendo que lo único que hace es molestarte y que no lo quieres cerca.

 

7. “¿Por qué no eres como tu hermano (a)?” o “Aprende a tu hermano (a)”. Las comparaciones nunca son buenas y menos entre hermanos, ya que estás propiciando a que genere rencor y que su relación se vaya desgastando con el tiempo. Además de que sentirá que tu cariño como padre no es parejo.

 

8. “¡Me vas a matar de un infarto!” o “Sólo me das disgustos”. Con frases como éstas, le estás haciendo ver que sólo te trae problemas, por lo que se puede sentir mal al darse cuenta que no aporta nada bueno a tu vida.

 

9. “Si no te portas bien te voy a…” Las amenazas que no se cumplen tienen un efecto negativo en los niños. Si él hizo algo que no es correcto y tú le dijiste que obtendría un castigo por ello, debes cumplirlo; pues al no hacerlo, él sabrá que tus palabras no siempre son ciertas y tu autoridad se irá desgastando. Del mismo modo, debes cumplir con los premios que le prometes.

 

10. Humillaciones o burlas. Es importante nunca hacerte el gracioso con los errores que cometen tus hijos, ya que puede dañar severamente su autoestima, provocando que le de miedo realizar diversas actividades por no ser humillado.

 

Tomado de: http://www.radiosantiago.cl/2012/07/30/mamas-papas-atentos-10-frases-que-pueden-traumar-a-sus-hijos/

 

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    Ana Cristina (lunes, 10 junio 2013 11:42)

    GRACIAS POR PREOCUPARSE EN LA EDUCACIÓN, DE LOS NIÑOS Y DE LOS ADULTOS.

Para pensar...

¿Cuánto tiempo de calidad le estás dedicando a tus hijos?
¿Cuánto tiempo de calidad le estás dedicando a tus hijos?

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    Inés Gaviria (miércoles, 18 marzo 2020 18:51)

    Ojalá todos los padres lo entendieran

Acoso escolar entre niñas

¿Qué deben hacer los padres?

Prevenir la agresión es la clave del éxito desde los primeros años de preescolar. En esta etapa hay que desarrollar en los niños la empatía (que a uno le duela el dolor de los otros, comprender lo que los demás sienten) y la asertividad, es decir, la capacidad de ser firme y defender sus derechos o los de otros sin recurrir a la agresión, de acuerdo con Enrique Chaux en su libro.

 

Si su niña es la víctima...

 - Estén atentos a cualquier cambio en su tono de voz, expresión facial o selección de palabras, así como su estado de ánimo.

- Tengan en cuenta los indicadores de estrés infantil: cambios en su comportamiento familiar y disminución del nivel de entusiasmo por actividades que solían gustarle.

- Pregúntenle con quién jugó ese día en el colegio, si se sentó con alguna amiga nueva, si le ha pasado algo; profundice en detalles para saber cómo se siente.

- Cuando sientan que hay un problema de este estilo, hagan una lista de ideas para identificar posibles soluciones a la agresión.

- Recurran a juegos de representación para ayudarle a enfrentar el problema; recuérdenle que cuando los amigos nos tratan mal, hay que hacerse valer y respetar.

- Motiven a la niña a tener nuevas amigas y a acercarse a aquellas que son amables y amorosas.

- Ayúdenla a fortalecer su círculo de amigas externas al colegio.

- Inscríbanla en actividades extracurriculares para que interactúen con otras niñas.

- Lean libros y vean películas que muestren las relaciones sociales y se destaquen las cualidades de los buenos amigos y compañeros.

- Ayúdenla a descubrir sus propias habilidades: hagan una lista inicial y agreguen un logro nuevo cada día. 

 

Si su hija es la acosadora escolar...

- Escúchela sin juicios, insultos o amenazas y ayúdele a darse cuenta de que cometió un error. No se refiere a ella como persona sino a comportamientos específicos.

-Hablen con ella con franqueza e invítenla a ponerse en los zapatos de la niña que agredida. Pregúntenle: ¿Cómo te sentirías si fueras la única a la que no invitan a una fiesta?

- Indíquele claramente a su hija las consecuencias que habrá si esto vuelve a pasar.

-Es muy importante que ella se disculpe y haga algo por enmendar su error. Que repare el daño. Una buena alternativa es que escriba una carta en la que pida disculpas.

-Vea con ella una película que le permita a su hija identificarse con el personaje más débil y que le sirva para entender que no está bien lastimar a los demás.

- Reitérele su afecto y disposición a ayudarla para que corrija este comportamiento.

 

 

Adaptado del artículo Intimidar y excluir son algunos métodos. Consecuencias psicológicas son más lesivas y duraderas. Publicado en El Tiempo, sección  Vida de Hoy.  Redactora:  Andrea Linares Gómez, Mayo 26/12

 

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Guía de entrenamiento en control de esfínteres

Padres y familias, una de las muchas cosas que el niño debe aprender durante su desarrollo, es el control de los esfínteres, o sea la capacidad de orinar y defecar voluntariamente en el momento apropiado y en el sitio correcto, el inodoro o la bacinilla, aunque muchos padres quisieran que desde muy corta edad el niño deje los pañales y avise cuando quiere ir al baño, esto no es posible ni conveniente antes de los dos años de edad ya que hacerlo antes o muy tardío puede repercutir negativamente en su hijo.

 

¿Cuándo debemos preocuparnos?  Y  ¿cuándo debemos consultar al pediatra o psicólogo?

 

En primer lugar tenemos que tomar en cuenta la edad del niño. Si no hemos logrado que el niño se entrene a los 3 y medio años (42 meses de edad) es conveniente solicitar ayuda, para asegurarnos así que estemos haciendo las cosas bien.

 

La segunda razón para consultar es la retención de materia fecal, lo que a menudo provoca estreñimiento importante, impactación fecal y falta de control de los esfínteres, con defecación casi constante, en pequeñas cantidades, lo cual realmente afecta a los niños y a sus padres.

 

Es frecuente que las mamás manifiesten desagrado por la materia, fecal o el pis del niño, refiriéndose a ellos con múltiples expresiones.  Sin embargo no hay nada más perjudicial para este aprendizaje que manifestar asco o malestar.  El niño puede no entender a qué se refiere su mamá e interpretar sus manifestaciones como que algo muy malo sale de su cuerpo. Esto puede llevar a que prefiera no eliminar nada (se constipa) para no desagradarla.

 

El control definitivo de esfínteres se logra máximo a los 6 años.

 

¿Qué medidas debemos implementar para lograr un control de esfínteres adecuado?

 

Se deben tener en cuenta los siguientes pasos, los cuales han sido descritos con el propósito de apoyar su labor en el entrenamiento de el control de esfínteres de sus hijos.

 

1)    Tener muy claros los hábitos que se quieren conseguir: primero se empieza el control diurno de orina, cuando ya lo hayan controlado en el día se empieza con el control nocturno de orina.  Después de logrado el control de orina se comienza el entrenamiento de heces.

2)    Recuerde, primero se debe realizar el control total diurno para poder seguir con el retiro del pañal en la noche.

3)    Empiece el programa de entrenamiento tomando una rutina de llevar al niño constantemente al baño, inicialmente cada 2 horas, mientras él toma el hábito de pedirlo por sus propios medios.

4)    Familiarizar al niño con elementos y lugares que tengan relación con el control de esfínteres como el baño, papel, lavado de manos, etc.

5)    Proporcionar al niño un ambiente en el que se sienta relajado, tranquilo y comprendido, sobre todo cuando ocurre algún fallo.

6)    Recuerde que cada niño tiene su propio ritmo, estimularlo positivamente puede ayudar mucho. Utilice recompensas las cuales pueden ser, una sonrisa cariñosa, elogios, frutas, dulces, galletas o calcomanías después de que el niño haya tenido la conducta esperada.

7)    Préstele atención y elogie todos sus logros por mínimos que sean, por ejemplo cada vez que avisa que quiere orinar.  Elogie siempre los éxitos y réstele importancia a los pequeños fracasos.

8)    Permítale tomar un rol más activo como por ejemplo vaciar  el sanitario, administrar el papel, secarse  las manos etc.  Pídale al niño que colabore en las actividades de aseo, vestirse e higiene (como lavarse las manos cuando estén sucias).

9)    Evite etiquetar su hijo con palabras soeces o utilizar comparaciones con otros niños, por ejemplo: “eres un cochino”, “pareces un bebé”, “tu primo es más pequeño y ya va al baño solo” o “estoy harta de lavar sabanas y ropa sucia”.

10)           No manifieste asco, malestar o avergüence al niño  si se produce un accidente, en lugar de esto tranquilícelo con frases como “la próxima vez será”; estimúlelo a que colabore en solucionar lo ocurrido (como llevar la ropa sucia al lavadero y buscar una nueva para ponerse).

11)           Nunca lo deje mucho tiempo con la ropa sucia para que aprenda que es incómodo, ni lo ensucie con su materia fecal u orina para que sientan el olor, ya que puede generar en el sentimientos de vergüenza, miedo y ansiedad.

12)           Ponga al niño ropa cómoda y fácil de quitar, ya que el querrá ir por su cuenta en algunas ocasiones y se puede sentir frustrado si no logra desabrocharse y se le escapa.  

13)           Después, de conseguir el control de esfínteres diurno y nocturno, nunca se le debe volver al pañal, así tenga que cambiarlo varias veces. Esto es efectivo porque se envía con claridad el mensaje que se tiene que utilizar el baño.  Si se le deja el pañal, el mensaje que se envía es que no es necesario ir al baño.

 

Finalmente recuerde, el éxito dependerá de los padres y cuidadores del pequeño, quienes deberán hacer un esfuerzo constante para motivar la cooperación del niño.

 

 Recopilado por: Deisy Andrea López A.

Practicante Psicología - IE Adelaida Correa Estrada

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Violencia intrafamiliar

En la sociedad actual el fenómeno de la violencia intrafamiliar se manifiesta de 3 formas :  violencia conyugal, maltrato a los hijos y maltrato a los padres. Hay formas de violencia dramáticas que dejan huellas tangibles y lesiones imborrables sobre el cuerpo, y que por el hecho de ser “visibles”, son denunciadas y reciben atención por parte de las autoridades encargadas. 

 

Pero existe otro tipo de violencia no tan publicitada, con frecuencia es ignorada y se minimizan sus efectos. Se trata del maltrato psicológico y moral que ocurre dentro del núcleo familiar. Es un tipo de agresión menos evidente pero no por ello menos nociva y denigrante, con consecuencias a mediano y largo plazo en quienes la padecen.

 

Este tipo de violencia se presenta en todas las clases sociales, pero en los niveles más altos hay mayor control social externo, y por lo tanto los afectados tienden a “esconderlo” para conservar las apariencias y evitar el escándalo.

 

Es de destacar, que por lo general en el agresor hay ausencia de autocrítica, los involucrados no alcanzan a percibir el juego de acción-reacción, de ataque-defensa y sólo ven las agresiones del otro, pero no las propias, por esta razón es tan difícil que acepten que tienen un problema y busquen ayuda especializada.

 

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